
Pocos Necrones despiertan de las cámaras de estasis con su consciencia a pleno rendimiento. La mayoría lo hacen confusos por el largo periodo de letargo, mientras sus sentidos y capacidad de raciocinio se van activando lentamente. Sin embargo no fue ese el caso de Anrakyr, que se alzó de su milenario sueño con la mente intacta y dominada por un propósito claro: reunir cuanto antes a las dinastías. Tomándose esta idea como su destino personal, Anrakyr abdicó de toda responsabilidad hacia su propio Mundo Necrópolis de Pyrrhia y zarpó con su ejército hacia las estrellas.